“La profesora de una pequeña escuela se
dio cuenta de que un alumno no estaba escuchando. Estaba muy perezoso,
nervioso, inquieto. Así que le preguntó: “¿Por qué? ¿Tienes algún
problema? ¿Tienes alguna dificultad? ¿Eres capaz de oírme?”.
El chico respondió: “Oír es fácil; escuchar es el problema”.
El hizo una distinción realmente sutil. Dijo: “Oír es fácil, la estoy oyendo; pero, escuchar es el problema”.
El hizo una distinción realmente sutil. Dijo: “Oír es fácil, la estoy oyendo; pero, escuchar es el problema”.
¿Cuál es la diferencia entre oír y escuchar?
Oír significa percibir con el sentido del oído las palabras que se hablan. Escuchar involucra otros cuatro sentidos para ayudarnos a entender las palabras que se dicen.
Cuando oímos lo hacemos con nuestro sistema auditivo. Cuando escuchamos otras funciones cognitivas entran en juego:
- poner atención,
- recordar,
- pensar
- y razonar.
Uno escucha mensajes.
Uno oye las palabras en un mensaje. Uno escucha las palabras de un mensaje más cualquier otra señal que complemente el mensaje.
Escuchar va más allá de oír las palabras que se hablan.
Escuchando significa pensar en el mensaje para entender de manera clara y completamente. Esto requiere oír las palabras, observar el tono de voz, el estado anímico, y cualquier otra señal que complemente el mensaje.
El oír es un proceso fisiológico y el escuchar es un proceso psicológico.
En términos fisiológicos el oír es un proceso donde las ondas de sonido entrar al oído externo, son transmitidas al tímpano, convertidas en vibraciones mecánicas en el oído medio, y luego cambiadas en el oído interno en impulsos nerviosos que viajan al cerebro.
Para oír no hace falta prestar atención profunda e internamente a la comunicación, sino simplemente captar una sucesión de sonidos, de meras palabras.
Para oír es suficiente un oído sano y un sonido perceptible, para escuchar se necesita la intención de hacerlo. Por tanto, la acción de escuchar es voluntaria e implica intencionalidad por parte del sujeto, a diferencia de oír, que significa, sin más, ‘percibir por el oído [un sonido]
El proceso psicológico de escuchar comienza cuando la atención y la conciencia de sonidos y patrones del habla proceden a través de la identificación y el reconocimiento de señales específicas auditivas terminando en la comprensión.
Escuchar supone callarse. Un callarse que va más allá del no decir nada, porque implica estar atento con todo nuestro ser.
Escuchar no es simplemente estar callado. Escuchar es la capacidad de recibir, atender, interpretar y responder a los mensajes verbales y otras expresiones, tales como el lenguaje corporal. Significa entender, comprender y dar sentido a lo que se oye.
“Saber escuchar” no es lo mismo que escuchar. Es un arte que no lo alcanza cualquiera ni se logra sin esfuerzo. Saber escuchar es escuchar empapados de silencio y de sosiego interno.
El saber escuchar, es decir, prestar atención más allá de solamente percibir palabras y sonidos, es la habilidad más importante que puede uno aprender para ser más efectivo y sostener relaciones estrechas y significativas.
El aprender a escuchar es algo que cualquiera puede aprender con un poquito de esfuerzo y tiempo.
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