- Saber diferenciar entre los deberes y el estudio. Muchas veces los padres preguntan a sus hijos cuando llegan a casa si tienen deberes para esa tarde y ellos les responden que no. Y en muchos casos es cierto. Los alumnos y los padres comenten el error de identificar los deberes con ejercicios procedimentales como operaciones matemáticas, comprensión lectora, elaboración de esquemas y resúmenes. La pregunta que hacen los padres, por tanto, está mal formulada. No siempre el alumno tiene actividades relacionadas con los procedimientos de las diferentes áreas. Lo que sí es diario es el estudio de lo que se ha trabajado en clase durante la mañana a través de las diferentes asignaturas.
- Pactar lo que se trabajará durante la tarde. Para que la realización de las actividades escolares por la tarde sea efectiva, siempre que se pueda y los padres tengan la oportunidad de estar en casa, deben pactan con sus hijos qué se trabajará durante esa tarde. De esa manera el padre y el alumno comparten la misma información. Resulta muy útil consultar la agenda, pero no siempre hay que fiarse de lo que hay -o lo que no hay- apuntado.
- Pactar el tiempo que se dedicará a la realización de las actividades escolares. Padres e hijos deben pactar un horario razonable para la realización de las tareas escolares. Hay que evitar excederse en el tiempo y dedicarle a estas tareas un tiempo acorde con la carga de trabajo.
- Las actividades escolares las realizan los hijos, no los padres. La carga de trabajo que tienen los hijos debe ser asumida por los propios hijos. Muchas veces los padres se sienten angustiados ya que no poseen los conocimientos necesarios para ayudarles en los estudios. Esto es un error muy común. Por lo general, los hijos están perfectamente capacitados para la realización de las actividades escolares, porque estas ya se han trabajado previamente en clase con la ayuda del profesor. Los padres, puntualmente, pueden ayudar u orientar, pero no deben cometer el error de acompañarles físicamente en su realización.
- Rendir cuenta de las tareas pactadas. Es muy útil que una vez el hijo ha acabado con las tareas de esa tarde enseñe, explique o demuestre lo que se ha trabajado. Por su parte, los padres pueden revisar las tares, hacerles preguntas, darles algunos consejos u orientaciones. Esto supone poco esfuerzo de tiempo y de dedicación y el hijo se siente en el deber de rendir cuentas de su trabajo ante sus padres.
Si se ponen en práctica estas
actuaciones veremos que el tiempo de dedicación que se supone que los
padres deben invertir en las tareas escolares de sus hijos no excede de
los 10-15 minutos. También hay que recordar si se siguen estas
directrices los padres no se verán en la presión de saber los
conocimientos que son pertinentes a sus hijos y no a ellos.
A modo de recapitulación, estos
serían los pasos a seguir: distinguir entre deberes y estudio, acordar
previamente las tareas que se realizarán, fijar un tiempo límite de
trabajo, dejar al hijo que haga las tareas individualmente, supervisar
si se han realizado las tareas escolares pactadas previamente.
http://justificaturespuesta.com/5-consejos-para-que-el-tutor-oriente-a-los-padres-en-las-tareas-escolares-de-sus-hijos/
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